Nov. 10, 2024 7:00 pm
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Por: Joana Campos

En las ciudades fronterizas de Mexicali y Tijuana, el fentanilo ha dejado una huella devastadora que va más allá de las fronteras mexicanas. Según el Servicio Médico Forense del Poder Judicial de Baja California, el opioide sintético se ha encontrado en el 18% de los cuerpos que ingresan a las morgues de estas ciudades. Este dato revela no solo la prevalencia alarmante del fentanilo entre las víctimas de la droga, sino también la dimensión transfronteriza del problema.

Mexicali y Tijuana, ubicadas estratégicamente en la frontera con Estados Unidos, son puntos cruciales en la ruta del tráfico de drogas hacia el mercado estadounidense. El fentanilo, conocido por su potencia letal, ha cobrado más vidas en Estados Unidos que las guerras de Vietnam, Afganistán e Irak juntas. Esta estadística subraya la gravedad del problema y la necesidad urgente de abordar las causas subyacentes de la epidemia de opioides.

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El Servicio Médico Forense inició la búsqueda del fentanilo en los cuerpos que llegan al anfiteatro de Mexicali en junio de 2022, extendiendo este esfuerzo a Tijuana a partir de marzo de 2023. Esta iniciativa busca no solo determinar la causa de muerte de las víctimas, sino también entender la magnitud del problema y tomar medidas preventivas más efectivas.

La presencia del fentanilo en las morgues de Mexicali y Tijuana no solo refleja un problema de salud pública en México, sino que también destaca la colaboración y la cooperación internacional necesarias para abordar el tráfico de drogas y la producción de sustancias ilícitas. Es un llamado a la acción para fortalecer la seguridad fronteriza y mejorar los esfuerzos de prevención y tratamiento tanto en México como en Estados Unidos.

El impacto del fentanilo trasciende las fronteras físicas, afectando las vidas de comunidades enteras en ambos lados de la frontera. La respuesta eficaz a esta crisis requiere no solo de medidas de aplicación de la ley, sino también de programas de educación pública, acceso a tratamientos de salud mental y adicciones, y políticas de reducción de daños que aborden las raíces profundas del problema.

El fentanilo en Mexicali y Tijuana es más que un desafío de salud pública local; es un símbolo de la complejidad y la interconexión de los problemas de drogas y seguridad entre México y Estados Unidos.

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Esperemos que ambos presidentes tanto Biden como AMLO pongan especial atención en esto y generen un enfoque integral y colaborativo para mitigar sus impactos devastadores y proteger a las comunidades vulnerables de ambos lados de la frontera, en vez de estar enfocados en campañas políticas.

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