La crisis económica en Bolivia ha alcanzado un punto crítico, afectando gravemente a los sectores más vulnerables de la sociedad, incluyendo a los enfermos crónicos que dependen de medicamentos esenciales para su tratamiento. El alza en los precios de los medicamentos, impulsada por la escasez de dólares en el país, ha puesto en riesgo la vida de miles de personas que ahora se enfrentan a la imposibilidad de adquirir los fármacos que necesitan.
#Visión360 | Los medicamentos para enfermos crónicos en Bolivia suben de precio por la crisis económica.
Desde 2023, Bolivia ha experimentado una creciente crisis de escasez de divisas, lo que ha dificultado la importación de insumos y medicamentos esenciales. La falta de dólares ha afectado directamente al sector farmacéutico, elevando los costos de los medicamentos debido al aumento en las comisiones bancarias y la demora en los pagos internacionales. Esto ha llevado a que los proveedores extranjeros consideren suspender sus envíos a Bolivia, ante la incertidumbre financiera.
La Paz, 13 ago (EFE).- La crisis económica en Bolivia no solo se siente en la escasa liquidez de dólares y en la falta de combustible, sino también en algunos sectores vulnerables como los enfermos crónicos, cuyos medicamentos subieron de precio en las últimas semanas, hecho que los tiene preocupados porque «luchan contra el tiempo». IMÁGENES: DANIELA ROMERO. EDICIÓN Y LOCUCIÓN: DIEGO SAGANOME
Uno de los grupos más afectados por esta situación son los pacientes oncológicos. Por ejemplo, el precio de medicamentos como el suero y la vitamina K, esenciales para la quimioterapia, ha aumentado considerablemente. Mientras que hace unas semanas, el suero costaba 6 bolivianos, ahora se vende a 9 bolivianos por envase. De manera similar, la vitamina K ha pasado de costar 8 bolivianos a 12 bolivianos por cápsula.
Informó el medio de Bolivia:
La secretaria de fiscalización de la Asociación de Personas con Cáncer y Familiares de Bolivia, Susana Zuazo, confirmó que actualmente el SUS no cubre la entrega de varios medicamentos y que los pacientes tienen que comprárselos por su cuenta en las farmacias, lo que representa un alto costo para su situación económica.
«Estamos pasando por un momento difícil porque hay varios medicamentos que cubre el SUS, pero que se han acabado», precisó.
Además, medicamentos fundamentales para el tratamiento del cáncer, como el cisplatino y el tamoxifeno, han visto un aumento dramático en sus precios. El cisplatino, utilizado en el tratamiento de cáncer uterino, ha subido de 600 bolivianos, siendo uno de los más accesibles, a precios mucho más elevados. El tamoxifeno, crucial para tratar el cáncer de seno, también se encuentra escaso y costoso, agravando la situación para pacientes en etapas críticas de la enfermedad.
La Cámara de la Industria Farmacéutica Boliviana (Cifabol) y la Asociación Nacional de Representantes Importadores y Distribuidores de Fármacos (Asofar) han expresado su preocupación por la situación, alertando que de no tomarse medidas inmediatas, podría haber un desabastecimiento generalizado de medicamentos. Ambas entidades han solicitado al Gobierno la intervención urgente para facilitar las operaciones bancarias y reducir las comisiones, que han alcanzado niveles insostenibles.
El Diario de Bolivia cita esta problemática:
En ese contexto, la Cámara de la Industria Farmacéutica Boliviana (Cifabol) y la Asociación Nacional de Representantes Importadores y Distribuidores de Fármacos (Asofar), como entidades de coordinación que agrupa tanto a Laboratorios, Industriales Farmacéuticos y Empresas Importadoras de Medicamentos, respectivamente, indican que sus asociados están atravesando serias dificultades en las operaciones bancarias de pagos en dólares estadounidenses a los proveedores de materias primas y medicamentos en el exterior, por cuanto existe demora en efectivizarse los pagos y se han elevado las comisiones bancarias por estas operaciones en porcentajes insostenibles; coyuntura en la que las recientes medidas asumidas por el Gobierno nacional no están teniendo los efectos esperados.
“Estamos preocupados porque esta problemática puede afectar en un corto tiempo al normal abastecimiento de medicamentos y dispositivos médicos en el país, ya que se está encareciendo la producción e importación y corremos el riesgo que los proveedores suspendan sus provisiones por falta de pago”, alertan.
Aseguran que son empresas comprometidas con la salud de los bolivianos, generadoras de empleo digno y estable, parte de la reactivación económica, pero sus esfuerzos están siendo sobrepasados por una situación que sale de su absoluta responsabilidad y control.
Por ello solicitan al Gobierno que de manera urgente despliegue sus mayores oficios para que se solucione este problema a la brevedad posible y “en corto tiempo tengamos prioridad en las operaciones bancarias y que las comisiones sean racionales y accesibles”.
Esta situación revela una crisis estructural más profunda en la economía boliviana. Aunque el Gobierno sostiene que la inflación y la tasa de desempleo son bajas, la realidad es que los bolivianos enfrentan dificultades crecientes para acceder a bienes básicos, incluyendo medicamentos. Este contraste entre los indicadores macroeconómicos y la realidad en las calles refleja una desconexión preocupante entre la política económica y las necesidades de la población.
Pero, qué es lo que está pasando en Bolivia para que esto ocurra… Una de las principales razones es el debilitamiento de las reservas internacionales del país, que ha afectado la capacidad del gobierno para sostener la moneda nacional y realizar pagos en divisas. Las reservas de dólares se han visto mermadas por diversos factores, incluyendo una balanza comercial negativa, disminución de exportaciones, y una creciente deuda externa. Además, la caída en los precios de las materias primas, especialmente el gas natural, que es una de las principales exportaciones de Bolivia, ha reducido significativamente los ingresos del país.
Otro factor clave es la mala gestión económica, que ha llevado a una serie de medidas que no han logrado estabilizar la economía. El gobierno ha “intentado” controlar el tipo de cambio y mantener el valor del boliviano, pero esto ha generado una falta de confianza en la moneda local, empujando a los ciudadanos y a las empresas a buscar dólares, lo que ha exacerbado la escasez. La escasez de dólares ha hecho que las importaciones se vuelvan más costosas y difíciles de realizar, lo que ha afectado la disponibilidad de bienes esenciales, incluyendo medicamentos.
Bolivia afronta falta de dólares y subida del coste de la vida El país sufre escasez de dólares, lo que dificulta importaciones de productos de primera necesidad, como combustibles y medicamentos. /ic
El manejo económico del presidente Luis Arce ha demostrado ser ineficaz y problemático, exacerbando la crisis en Bolivia, especialmente en sectores críticos como la salud. Desde su llegada al poder en 2020, Arce ha mantenido una línea económica socialista similar a la de su predecesor Evo Morales, enfocada en la intervención estatal y en políticas que, si bien en su momento promovieron un crecimiento económico, han demostrado ser insostenibles a largo plazo en un contexto global cambiante.
Uno de los principales problemas ha sido la insistencia de Arce en mantener un control rígido sobre el tipo de cambio y la economía, lo que ha llevado a una desconfianza generalizada en la moneda local y ha impulsado una fuga masiva hacia el dólar. Esta política, que busca proteger el valor del boliviano, ha agotado las reservas internacionales del país, reduciendo la capacidad de Bolivia para importar bienes esenciales, incluyendo medicamentos.
El impacto de estas políticas socialistas se ha sentido especialmente en el sector farmacéutico. La falta de dólares ha provocado un aumento en los costos de importación de medicamentos, afectando gravemente a los pacientes crónicos que dependen de estos fármacos para sobrevivir. En lugar de diversificar la economía o fomentar políticas que estabilicen las reservas de divisas, el gobierno de Arce ha continuado con un modelo económico que no responde a las necesidades actuales, y que ha dejado a miles de bolivianos sin acceso a tratamientos médicos esenciales
Además, las medidas para controlar los precios de los medicamentos y otros bienes han fracasado rotundamente. En lugar de mitigar la crisis, estas políticas han creado un mercado negro y han aumentado la escasez, forzando a los ciudadanos a pagar precios exorbitantes por productos que antes eran accesibles. Esta situación es un claro ejemplo de cómo la intervención excesiva del Estado y la falta de flexibilidad económica pueden llevar a consecuencias desastrosas para la población.
En resumen, la gestión económica de Arce ha profundizado la crisis en Bolivia, demostrando que las políticas socialistas implementadas, lejos de resolver los problemas del país, han agravado la situación, poniendo en riesgo la vida de miles de bolivianos al dificultar el acceso a medicamentos esenciales. Es imperativo que se reconsideren estas políticas y se adopten medidas que realmente beneficien a la economía y al pueblo boliviano.
Joana Campos es abogada y editora con más de 10 años de experiencia en la gestión de proyectos de desarrollo internacional, enfocada en la sostenibilidad y el impacto social positivo. Actualmente dirige JC Editorial, donde ha coordinado la edición y distribución de libros de reconocidos autores internacionales y la logística de numerosas giras nacionales. Además, se desempeña como Administradora General en Medicina Integradora, gestionando la clínica y generando proyectos en diversas áreas. Anteriormente, trabajó como abogada corporativa, especializándose en derecho penal y corporativo. Joana es licenciada en Derecho por la Universidad de Guadalajara.
Joana Campos is a lawyer and editor with over 10 years of experience in managing international development projects, focusing on sustainability and positive social impact. She currently leads JC Editorial, where she has coordinated the editing and distribution of books by renowned international authors and managed the logistics of numerous national tours. Additionally, she serves as the General Administrator at Medicina Integradora, overseeing the clinic and generating projects in various areas. Previously, she worked as a corporate lawyer, specializing in criminal and corporate law. Joana holds a law degree from the University of Guadalajara.