Sep. 11, 2024 5:44 am

La crisis migratoria en la región del Tapón del Darién, un denso y peligroso tramo de selva que separa a Colombia de Panamá, se ha convertido en un tema candente que destaca la compleja intersección entre la seguridad fronteriza y la política migratoria de Estados Unidos bajo la administración Biden-Harris.

El reciente acuerdo tripartito entre Estados Unidos, Colombia y Panamá busca abordar la creciente migración irregular y el crimen organizado transnacional que opera en la región. Sin embargo, este esfuerzo también refleja las fallas y desafíos más amplios que la administración enfrenta en su manejo de la inmigración.

La Voz de América informó:

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Estados Unidos, Panamá y Colombia se comprometieron a incentivar el diálogo con otros países de la región por los que transitan migrantes que se aventuran por la peligrosa selva del Darién, en su intento por llegar a la frontera estadounidense.

Funcionarios de Estados Unidos, Colombia y Panamá se comprometieron el lunes a incentivar el diálogo con otros países de la región por los que transitan migrantes que luego pasan por miles por la peligrosa selva del Darién en su camino hacia la frontera estadounidense.

“Los flujos migratorios irregulares que transitan por la frontera de Colombia y Panamá son de alcance global e involucran a poblaciones de más de 90 nacionalidades, algunos de los cuales entraron a la región por terceros países”, dijeron los gobiernos en una declaración conjunta, tras celebrar la Reunión del Mecanismo Tripartito sobre migración, en Cartagena, ciudad del Caribe colombiano.

La Situación Actual en el Tapón del Darién La región del Tapón del Darién ha sido un punto crucial para los migrantes que buscan llegar a Estados Unidos. En 2024, más de 231,000 personas, en su mayoría venezolanos, han cruzado esta peligrosa frontera natural.

La magnitud de la crisis es evidente, y la situación ha generado una creciente preocupación tanto a nivel regional como internacional. La selva del Darién no solo representa un desafío geográfico, sino que también es un caldo de cultivo para las redes de tráfico de personas y otros crímenes transnacionales, que han proliferado en medio del caos migratorio.

El 26 de agosto de 2024, funcionarios de Estados Unidos, Colombia y Panamá se reunieron en Cartagena, Colombia, para discutir estrategias conjuntas que aborden la crisis migratoria y el crimen organizado en el Darién.

Según la declaración conjunta emitida tras la reunión, los tres gobiernos se comprometieron a desmantelar las redes de tráfico de personas y a incentivar un diálogo más amplio con otros países de la región. El objetivo es crear alternativas seguras y humanas para reducir la migración irregular, una tarea que, aunque necesaria, enfrenta enormes obstáculos.

El secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Alejandro Mayorkas, encabezó la delegación estadounidense, destacando la importancia de la responsabilidad compartida en la lucha contra el delito y la asistencia humanitaria para los migrantes.

La pregunta aquí es que la problemática no sólo es recibirlos, es presionar a los gobiernos de izquierda (como el de Maduro) que las personas por las pésimas condiciones en las que viven son obligados a desplazarse, presionar la comunidad internacional a que esos gobiernos respondan a las necesidades de sus gentes y a sus necesidades para que no tengan que desplazarse y poner en riesgo su vida.

La Administración Biden-Harris con sus políticas migratorias que han sido ineficaces y han exacerbado la situación en la frontera sur de Estados Unidos, se ha enfocado en abrir fronteras sin límites ni control en vez de presionar a los gobiernos extranjeros a que respondan por sus propios ciudadanos, es necesaria un política bien estructurada y estudiada para manejar este tema. El Tapón del Darién se ha convertido en un símbolo de las consecuencias de una política migratoria que muchos consideran descontrolada y mal gestionada.

Uno de los puntos más controvertidos es la política de deportación y repatriación de migrantes que cruzan el Darién. Bajo un acuerdo reciente entre Panamá y Estados Unidos, los migrantes que atraviesan esta selva serán deportados o repatriados, y los vuelos de retorno serán financiados por Estados Unidos. Sin embargo, esta medida ha sido vista como un paliativo temporal que no aborda las causas subyacentes de la migración masiva.

El Rol del Crimen Organizado El crimen organizado es otro factor que complica la situación en el Darién. Las autoridades colombianas han identificado la participación del Clan del Golfo, uno de los cárteles más poderosos de Colombia, en el tráfico de personas a través de la región.

La capacidad de este grupo para operar en la selva del Darién, a pesar de los esfuerzos de los gobiernos para desmantelar sus redes, refleja las limitaciones de las actuales políticas de seguridad y la necesidad de una estrategia más integral y coordinada.

La migración irregular y el crimen organizado en la región son problemas que no se resolverán fácilmente, y se necesitará un enfoque más audaz y efectivo para proteger a los migrantes y restaurar el control en la frontera sur de Estados Unidos.

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