Las elecciones nacionales de Uruguay en octubre de 2024 se perfilan como un evento crucial no solo para el futuro del país, sino también para la configuración política de América del Sur.
Con un contexto marcado por la expansión de gobiernos de izquierda en la región, Uruguay enfrenta una encrucijada en la que las decisiones electorales podrían alinear al país con una corriente que se extiende por todo el sur de América. En este análisis, exploraremos los escenarios más probables para las próximas elecciones uruguayas, basándome en encuestas, análisis de tendencias políticas y el contexto regional.
Uruguay ha sido, históricamente, un país de estabilidad política y de alternancia democrática. Sin embargo, las últimas elecciones han mostrado una polarización creciente entre las fuerzas políticas.
En cuanto a la situación económica, Uruguay ha mostrado signos de recuperación tras la pandemia, pero persisten desafíos como el desempleo y la inflación, que podrían jugar un papel decisivo en las urnas. Además, la inseguridad, aunque controlada en comparación con otros países de la región, sigue siendo un tema sensible para los votantes.
Los escenarios electorales para 2024 pueden analizarse a partir de las encuestas actuales y las tendencias de los últimos años. Según un reciente estudio de la consultora Cifra publicado en julio de 2024, el Frente Amplio (FA) mantiene una sólida base de apoyo, con un 45% de intención de voto, lo que refleja una recuperación tras la derrota en 2019.
Por otro lado, el Partido Nacional (PN) cuenta con un 27% de apoyo, según la misma encuesta. Este porcentaje refleja una base de votantes que “valoran” la gestión de Lacalle Pou, pero también muestra que el partido ha perdido terreno frente a un electorado que busca alternativas.
En tercer lugar, Cabildo Abierto (CA), con un 3%, se consolida como una fuerza emergente, captando votantes desencantados tanto con el Frente Amplio como con el Partido Nacional. Su discurso conservador y nacionalista resuena en un sector de la población preocupado por la seguridad y la inmigración.
El Partido Colorado (PC), con un 11% de intención de voto, según la consultora Equipos Consultores, se presenta como un actor clave para definir el resultado electoral. Aunque su base electoral ha disminuido en comparación con décadas anteriores, el PC podría jugar un papel de bisagra en una segunda vuelta, donde su apoyo sería crucial para inclinar la balanza hacia uno u otro lado.
Este partido, tradicionalmente de centro-derecha, podría aliarse con el Partido Nacional para evitar una vuelta al poder del Frente Amplio.
Posibles Coaliciones y Resultados
Un escenario probable es que, al no alcanzar ninguno de los partidos la mayoría absoluta en la primera vuelta, se produzca una segunda vuelta entre el candidato del Frente Amplio y el del Partido Nacional. En este contexto, las alianzas serán fundamentales. Es posible que el Partido Colorado y Cabildo Abierto se alíen con el Partido Nacional para formar un frente anti-izquierda, similar a la coalición que llevó a Lacalle Pou al poder en 2019.
Sin embargo, el Frente Amplio también podría buscar alianzas con partidos menores o movimientos sociales que compartan su visión de una mayor intervención estatal y políticas redistributivas. De hecho, ya se han observado acercamientos entre el FA y sectores progresistas independientes que podrían sumar votos decisivos en una segunda vuelta.
Es imposible analizar las elecciones uruguayas de 2024 sin considerar el contexto regional. América del Sur está siendo testigo de una nueva ola de gobiernos de izquierda. Desde Gabriel Boric en Chile hasta Gustavo Petro en Colombia, pasando por la reelección de Luis Arce en Bolivia y el regreso de Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil, la izquierda como una mancha oscura ha ido esparciéndose en el sur.
Sin embargo, más allá del resultado en Uruguay, lo que está en juego es el posicionamiento del país en un continente cada vez más dominado por gobiernos de izquierda. La expansión de estos gobiernos en América del Sur no es casualidad, sino parte de una tendencia que amenaza con llevar al continente hacia modelos que han demostrado ser insostenibles y peligrosos para las democracias.
Uruguay tiene la oportunidad de resistir esta corriente y de mantenerse como un bastión de estabilidad y moderación en la región. Pero para ello, el electorado deberá reflexionar cuidadosamente sobre las implicaciones de su voto y sobre el futuro que desean para su país.
Joana Campos es abogada y editora con más de 10 años de experiencia en la gestión de proyectos de desarrollo internacional, enfocada en la sostenibilidad y el impacto social positivo. Actualmente dirige JC Editorial, donde ha coordinado la edición y distribución de libros de reconocidos autores internacionales y la logística de numerosas giras nacionales. Además, se desempeña como Administradora General en Medicina Integradora, gestionando la clínica y generando proyectos en diversas áreas. Anteriormente, trabajó como abogada corporativa, especializándose en derecho penal y corporativo. Joana es licenciada en Derecho por la Universidad de Guadalajara.
Joana Campos is a lawyer and editor with over 10 years of experience in managing international development projects, focusing on sustainability and positive social impact. She currently leads JC Editorial, where she has coordinated the editing and distribution of books by renowned international authors and managed the logistics of numerous national tours. Additionally, she serves as the General Administrator at Medicina Integradora, overseeing the clinic and generating projects in various areas. Previously, she worked as a corporate lawyer, specializing in criminal and corporate law. Joana holds a law degree from the University of Guadalajara.