Sep. 11, 2024 5:19 am

Honduras, un país que ha enfrentado numerosos desafíos políticos y sociales a lo largo de los años, se encuentra nuevamente en una encrucijada bajo la presidencia de Xiomara Castro. Su administración como la primera liderada por una mujer en la historia del país ha generado alarma sus decisiones y alianzas, especialmente su relación con regímenes autoritarios como el de Nicolás Maduro en Venezuela.

Estas inquietudes han sido vocalizadas por figuras internacionales, incluyendo a la embajadora de Estados Unidos en Honduras, Laura Dogu, quien ha expresado serias preocupaciones sobre la dirección que está tomando el país.

La embajadora Laura Dogu no ha ocultado su inquietud respecto a las políticas de Xiomara Castro. En declaraciones recientes, Dogu señaló que la administración de Castro parece estar debilitando las instituciones democráticas y acercándose peligrosamente a regímenes autoritarios.

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Esta crítica es especialmente significativa, considerando la histórica relación de cooperación entre Estados Unidos y Honduras en áreas clave como la seguridad y la lucha contra el narcotráfico. Según Dogu, la deriva de Honduras hacia un modelo político más cercano al de Venezuela podría tener repercusiones negativas en las relaciones bilaterales, afectando no solo la cooperación en seguridad, sino también el apoyo financiero que Estados Unidos ha brindado históricamente al país​.

CNN informó la respuesta de Xiomara a esto:

El Gobierno de Honduras anunció este miércoles su intención de dar por terminado el tratado de extradición que el país había firmado el 15 de enero de 1912 con Estados Unidos, según lo informó en un comunicado el canciller de la República, Enrique Reina.

El anuncio lo hizo el funcionario luego que la presidenta Xiomara Castro Sarmiento, ordenara, a través de una publicación en su perfil en X, denunciar el acuerdo que el país centroamericano tiene con Estados Unidos.

La determinación, según el escrito de la mandataria, se basa en la Constitución hondureña y en los tratados internacionales.

Castro hizo referencia en su mensaje a una supuesta “injerencia” e “intervencionismo” de Estados Unidos y acusó a Washington de intentar dirigir la política de Honduras a través de su Embajada y otros representantes.

Lo anterior en alusión a declaraciones dadas este miércoles por la embajadora de Estados Unidos en Tegucigalpa, Laura Dogu, sobre una reciente visita que hicieron a Venezuela el ministro de la Defensa, Manuel Zelaya Rosales, y el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, Roosevelt Leonel Hernández Aguilar, donde se reunieron con el ministro de Defensa Vladimir Padrino, quien está acusado en Estados Unidos de delitos de narcotráfico desde 2019.

Aquí hay algo que recordar al lector… la relación entre Xiomara Castro y Nicolás Maduro ha sido estrecha desde el inicio de su mandato. Castro, quien asumió la presidencia en enero de 2022, ha mostrado una afinidad ideológica con Maduro, alineándose con sus políticas en diversos foros internacionales. Este acercamiento ha generado preocupación no solo en Washington, sino también entre muchos hondureños que temen que el país siga los pasos de Venezuela hacia un régimen autoritario.

Castro ha defendido su relación con el líder venezolano, argumentando que es necesario fortalecer los lazos con países que comparten una visión similar de justicia social y redistribución de la riqueza.

No obstante, la realidad es que la alineación con Maduro podría aislar a Honduras en la escena internacional, alejándola de aliados tradicionales como Estados Unidos y la Unión Europea.

En respuesta a las declaraciones de Laura Dogu, la mandataria Xiomara decidió romper el acuerdo de extradición con Estados Unidos.

Este acuerdo ha sido un pilar fundamental en la lucha contra el narcotráfico en Honduras, permitiendo que criminales de alto perfil sean juzgados en cortes estadounidenses, donde las posibilidades de corrupción y manipulación judicial son menores.

Las reacciones fueron inmediatas:

Romper este acuerdo podría tener consecuencias devastadoras para Honduras. En primer lugar, enviaría un mensaje claro a los cárteles de la droga de que Honduras ya no está interesada en cooperar con Estados Unidos en la lucha contra el narcotráfico, lo que podría convertir al país en un refugio seguro para criminales.

Además, afectaría gravemente las relaciones diplomáticas con Estados Unidos, posiblemente resultando en sanciones económicas o una reducción significativa en la asistencia financiera y militar que Honduras recibe.

La lucha contra el narcotráfico en Honduras es una tarea monumental que no puede llevarse a cabo sin la cooperación de Estados Unidos. El país centroamericano, que ha sido durante mucho tiempo un corredor clave para el tráfico de drogas hacia el norte, simplemente no tiene los recursos ni la infraestructura necesarios para enfrentar este problema por sí solo. Romper el acuerdo de extradición sería un error estratégico que podría tener repercusiones a largo plazo para la seguridad y estabilidad del país​.

La situación en Honduras refleja una tendencia preocupante en América Latina, donde varios países han visto el ascenso de gobiernos de izquierda que han optado por políticas autoritarias y una alineación con figuras como Nicolás Maduro. En todos estos casos, la promesa de justicia social ha venido acompañada de un debilitamiento de las instituciones democráticas y un aumento en la represión política.

La decisión que tome Xiomara Castro en los próximos meses determinará no solo el futuro de su gobierno, sino también el destino de Honduras en la escena internacional. La última respuesta de Xiomara fue esta…

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