En algún momento, la gente honesta debe poner fin al ennoblecimiento del narcisismo o de la enfermedad mental.
En el caso de los hombres que se hacen pasar por mujeres, no negamos que muchos de ellos tengan realmente los sentimientos que dicen tener. Tampoco negamos que muchos crean sinceramente que son mujeres. Y no queremos que se las persiga por ello. Pero negamos rotundamente que sean mujeres o que deban tener acceso a espacios tradicionalmente y legítimamente reservados para las mujeres, incluidas las competiciones deportivas femeninas.
Por desgracia, los mentirosos y los cobardes parecen gobernar el mundo en la actualidad, como lo demuestra la decisión de los funcionarios paralímpicos de permitir que una “mujer transgénero” de 50 años y ex campeona masculina de velocidad llamada Valentina Petrillo compita contra mujeres reales en los Juegos Paralímpicos de París, que comienzan el miércoles.
Según Associated Press, Petrillo competirá como velocista en las pruebas de 200 y 400 metros.
Petrillo sufre de discapacidad visual y por lo tanto competirá bajo la clasificación T12. Según la Asociación Atlética de Boston, T12 representa el rango medio entre tres clasificaciones de agudeza visual diferentes que miden los grados de discapacidad.
Petrillo sufre de discapacidad visual y por lo tanto competirá bajo la clasificación T12. Según la Asociación Atlética de Boston, T12 representa el rango medio entre tres clasificaciones de agudeza visual diferentes que miden los grados de discapacidad.
Por ejemplo, la velocista española Melani Berges perdió la oportunidad de participar en los Juegos Paralímpicos al quedar detrás de Petrillo.
Berges denunció la “injusticia” de competir contra Petrillo y añadió que el deporte “requiere fuerza, un físico”.
Katrin Mueller-Rottgardt, de Alemania, expresó una preocupación similar. “Básicamente, cada uno debería vivir como quiera en la vida cotidiana. Pero me parece difícil en el deporte profesional. Ella vivió y se entrenó durante mucho tiempo como hombre, por lo que existe la posibilidad de que las condiciones físicas sean diferentes a las de alguien que viene al mundo como mujer. Así que podría sacar ventajas de ello”, dijo Mueller-Rottgardt.
Petrillo intentó empatizar. Sin embargo, como ocurre con muchas personas que muestran narcisismo o padecen enfermedades mentales, su condición no le permitía pensar más allá de sí mismo y de sus propios deseos de ninguna manera significativa.
“Me he preguntado: ‘Pero Valentina, si tú fueras mujer biológica y vieras a una Valentina corriendo contigo, ¿qué pensarías?’ Y me respondí que yo también tendría algunas dudas”, dijo Petrillo. “Pero luego, a través de mis experiencias y lo que aprendí, puedo decir claramente… que no significa que porque nací hombre seré más fuerte que una mujer”.
Mamela Fiallo Flor es profesora de lengua e historia, columnista y conferencista. Plasma su amor por la libertad y pasión por la verdad en cada nota.
Mamela Fiallo Flor is a language and history teacher, columnist, and speaker. She conveys her love for freedom and passion for truth in every piece she writes.