Las misiones médicas cubanas, presentadas por el régimen de La Habana como un ejemplo de “solidaridad internacional”, han sido objeto de crecientes críticas por su carácter coercitivo y las condiciones inhumanas impuestas a los profesionales de la salud involucrados.
Exploremos las denuncias recientes sobre las violaciones de derechos humanos, la explotación laboral, y el impacto político y económico de estas misiones en algunos países.
Desde la década de 1960, el gobierno cubano ha desplegado a miles de médicos y otros profesionales de la salud en misiones internacionales, principalmente en países de América Latina, África y Asia.
Estas misiones han sido promovidas como un acto de “altruismo”, pero en realidad, han servido como una importante fuente de ingresos para el gobierno cubano, que retiene entre el 75% y el 90% de los salarios de los médicos.
El régimen ha utilizado estas misiones no solo como una herramienta diplomática, sino también como una forma de control sobre sus ciudadanos, al imponerles condiciones laborales extremadamente restrictivas y abusivas.
Recientes informes, como los publicados por la organización Prisoners Defenders, han sacado a la luz las graves violaciones de derechos humanos a las que están sometidos los médicos cubanos en estas misiones. Las condiciones impuestas por el régimen incluyen la retención de pasaportes, la vigilancia constante por parte de funcionarios cubanos, y la prohibición de establecer relaciones personales con los locales sin permiso previo.
Además, aquellos que intentan abandonar las misiones enfrentan duras sanciones, incluyendo la posibilidad de hasta ocho años de prisión por «abandono de funciones». Estas prácticas han sido calificadas por diversas organizaciones como formas modernas de esclavitud.
También, según un informe de la organización Cuban Prisoners Defenders (CDP), una ONG española que defiende los derechos humanos en Cuba, los médicos cubanos solo reciben entre el 10% y el 25% de los salarios que los países anfitriones les pagan, mientras que el resto es retenido por el gobierno cubano.
Este negocio ha sido muy lucrativo para Cuba: entre 2015 y 2018, más de 50,000 profesionales de la salud fueron enviados a 70 países, generando ingresos de 6,300 millones de dólares solo en 2018. Durante la pandemia, países como Alemania, Italia y España devolvieron a muchos de estos médicos por no cumplir con los estándares requeridos.
Cuba sigue promoviendo a sus médicos en todo el mundo, contando con más de 95,000 para una población de 11 millones. En 2019, la ONU y Human Rights Watch denunciaron estas prácticas como una forma de «esclavitud moderna».
En países como México, Italia y Catar, las condiciones de los médicos cubanos han generado un creciente escrutinio internacional, también existe mucha contradicción entre lo que los medios de comunicación nos informan y lo que en redes los particulares opinan al respecto.
En México, por ejemplo, se ha reportado que los médicos son obligados a vivir en condiciones precarias, con salarios ínfimos y sin la posibilidad de recibir visitas de familiares sin la aprobación del gobierno cubano.
Dentro del sector salud, lo médicos mexicanos han denunciado que los médicos cubanos reciben más méritos de los que merecen, desgraciadamente esto ha generado un descontento general en los médicos nacionales y un roce entre médicos mexicanos y cubanos.
Al parecer existe una brecha muy larga entre los médicos nacionales y los cubanos. Esto evidentemente pone en contra a ambos en el área de trabajo ¿por qué tanto reconocimiento a los doctores enviados por el régimen cubano?
Durante la pandemia en México se enviaron en teoría, según reportes oficiales 500 médicos, de los cuales sólo 52 persona eran clasificadas como personal médico, el resto eran asistentes y operadores. Esto lo denuncia León Economista en sus redes.
También en el caso de México, se pagó bastante dinero por el “apoyo” de los médicos cubanos enviados por el régimen cubano a ayudar de manera “altruista”… Esto se pone raro.
Esto es sólo México en el año 2021, si según datos citados anteriormente, los médicos cubanos se quedan sólo en 10% a 25%… el resto es para el régimen cubano, esto no me parece a mí nada altruista.
“Con esas cantidades pudieron elevar el sueldo de los médicos mexicanos que sí pusieron su vida en peligro, así como contratar más para robustecer los hospitales públicos. Pero hay que financiar la dictadura cubana ¿verdad?”
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Comentó en X, León Economista.
En Italia, la contratación de brigadas médicas cubanas por parte del gobierno regional de Calabria ha sido duramente criticada por violar las normas laborales de la Unión Europea y permitir al régimen cubano confiscar la mayor parte de los salarios de los médicos.
Hasta aquí, ¿llevan las cuentas?
En Catar, investigaciones han revelado que los médicos cubanos reciben solo un 10% de lo que ganan sus colegas locales, mientras el gobierno cubano se queda con el resto.
Esto parece un buen negocio para el régimen cubano: la nueva forma de esclavitud.
La explotación de médicos cubanos en el extranjero no solo representa una violación de derechos humanos, sino que también tiene implicaciones políticas significativas.
Estos abusos han sido denunciados en foros internacionales, y algunos gobiernos han comenzado a reconsiderar su cooperación con las misiones médicas cubanas. Sin embargo, el régimen cubano sigue defendiendo estas misiones como una fuente vital de ingresos y una herramienta de soft power en el escenario global.
Las misiones médicas cubanas, lejos de ser un ejemplo de solidaridad internacional, son un mecanismo de explotación que viola los derechos fundamentales de miles de profesionales de la salud.
Incluso el que los médicos cubanos trabajen bajo esté abuso seguramente deprime su rendimiento profesional, mental y psicológico; es imperante parar al régimen cubano y que denunciemos estos abusos, solo así se podrá poner fin a esta forma moderna de esclavitud y asegurar que la ayuda médica internacional se realice en condiciones de dignidad y respeto.
Joana Campos es abogada y editora con más de 10 años de experiencia en la gestión de proyectos de desarrollo internacional, enfocada en la sostenibilidad y el impacto social positivo. Actualmente dirige JC Editorial, donde ha coordinado la edición y distribución de libros de reconocidos autores internacionales y la logística de numerosas giras nacionales. Además, se desempeña como Administradora General en Medicina Integradora, gestionando la clínica y generando proyectos en diversas áreas. Anteriormente, trabajó como abogada corporativa, especializándose en derecho penal y corporativo. Joana es licenciada en Derecho por la Universidad de Guadalajara.
Joana Campos is a lawyer and editor with over 10 years of experience in managing international development projects, focusing on sustainability and positive social impact. She currently leads JC Editorial, where she has coordinated the editing and distribution of books by renowned international authors and managed the logistics of numerous national tours. Additionally, she serves as the General Administrator at Medicina Integradora, overseeing the clinic and generating projects in various areas. Previously, she worked as a corporate lawyer, specializing in criminal and corporate law. Joana holds a law degree from the University of Guadalajara.