Sep. 13, 2024 11:18 pm

El presidente Gabriel Boric ha anunciado un significativo reforzamiento de la seguridad en la Región Metropolitana de Santiago mediante la implementación del Plan Calles Sin Violencia. Esta medida contempla la incorporación de 1,669 nuevos efectivos de Carabineros, divididos en varias etapas, con el objetivo de enfrentar la creciente crisis de seguridad en la capital chilena.

El plan, que incluye la asignación de 909 nuevos efectivos y 760 redistribuciones, se desplegará en tres fases. La primera fase, iniciada el 29 de julio, involucró a 616 carabineros en funciones operativas. La segunda fase, que comienza el 12 de agosto, sumará 909 funcionarios adicionales, incluidos 509 carabineros en práctica y 400 tutores de la Escuela de Suboficiales de Carabineros, quienes serán asignados a espacios públicos de alta concurrencia. La última fase, programada para el último trimestre de 2024, incorporará 144 carabineros adicionales para rondas nocturnas.

El presidente Boric, al presentar estas medidas, destacó la importancia de garantizar la seguridad como un derecho fundamental, «acá no hay atajos, no hay improvisación y tampoco, al menos yo, tengo tiempo para peleas políticas en materia de seguridad porque no nos conducen a nada. Chile está enfrentando de manera firme y decidida a la delincuencia», afirmó el mandatario, subrayando que no hay espacio para la improvisación ni para peleas políticas en este ámbito.

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https://www.cnnchile.com/pais/boric-nuevos-carabineros-plan-calles-sin-violencia-peleas-politicas-crisis-seguridad_20240725

«Es importante que no perdamos el terreno ganado y para eso hay que profundizar las estrategias que han tenido éxito, pero fortalecer donde aún nos falta y eso es lo que estamos haciendo con el reforzamiento al Plan Calles Sin Violencia con mayor presencia de Carabineros, con más inteligencia policial, con mayor coordinación entre las policías», complementó el Presidente Boric. 

El Plan Calles Sin Violencia es una iniciativa que busca una intervención coordinada entre diversas entidades, incluyendo el Gobierno, la Policía de Investigaciones, Carabineros y el Ministerio Público. La estrategia se enfoca en combatir los delitos más graves, especialmente los homicidios con armas de fuego, en las comunas más afectadas por estos crímenes.

Este plan se implementa en 46 comunas a nivel nacional, de las cuales 22 están en la región metropolitana. Estas áreas concentran el 53% de la población del país y son donde se registra la mayor cantidad de homicidios, lo que hace esencial su intervención.

Este robusto despliegue policial tiene un costo significativo, aunque no se han detallado públicamente las cifras exactas. Sin embargo, se estima que el gasto en seguridad y el equipamiento necesario para estos efectivos, incluyendo vehículos, tecnología de vigilancia y armamento, será elevado, lo que podría tener un impacto considerable en el presupuesto nacional.

A pesar de estas medidas, los índices de delincuencia en Chile han mostrado una tendencia preocupante durante la administración de Boric. Según informes recientes, los delitos violentos, incluyendo homicidios y robos con violencia, han aumentado en la Región Metropolitana. Este incremento refleja un desafío constante para la administración de Boric, quien ha enfrentado críticas tanto por parte de la oposición como de sectores de la sociedad que demandan soluciones más efectivas y rápidas.

En x, los usuarios aún exponen casos de violencia en Chile y reclaman la no efectividad del Plan impuesto por el Gobierno.

Que la ministra @carolina_toha no haga trampa. El plan Calles Sin Violencia es un aporte, pero sólo si lo usan con criterio policial y no político para favorecer campañas electorales. Ayer en la Ronda de Carabineros en La Florida habían 20 funcionarios… cuántos habían en Santiago Centro?

Aunque la incorporación de nuevos efectivos y la intensificación de operativos en zonas de alta violencia son medidas visibles y de gran impacto mediático, es esencial considerar si estas acciones abordan realmente las raíces de la delincuencia.

El aumento en los índices de criminalidad en Chile no solo es una cuestión de seguridad pública, sino que está íntimamente ligado a problemas sociales y económicos más profundos. La creciente violencia en la Región Metropolitana puede estar relacionada con factores como la desigualdad social, la falta de oportunidades económicas y el descontento generalizado, que impulsan a algunos sectores de la población a involucrarse en actividades delictivas. La pregunta que surge es si el Plan Calles Sin Violencia está diseñado para enfrentar estos problemas subyacentes o si simplemente aborda los síntomas de una crisis social y económica más amplia.

Además, es crucial cuestionar la eficacia del uso de recursos oficiales en este contexto. La implementación de un plan de seguridad tan costoso requiere una evaluación crítica de si los recursos están siendo utilizados de la manera más eficiente y efectiva posible. ¿Está el gobierno priorizando la seguridad a expensas de otras áreas esenciales, como la educación y la salud, que también juegan un papel crucial en la prevención del delito? ¿O se está utilizando este despliegue de recursos para crear una imagen de acción en medio de una campaña electoral?

La intensidad del Plan Calles Sin Violencia también plantea la duda de si las acciones emprendidas están más orientadas a fortalecer al gobierno en una coyuntura electoral que a resolver los problemas estructurales que contribuyen a la violencia. Las críticas sobre el uso político de las medidas de seguridad sugieren que, en lugar de abordar las causas profundas de la delincuencia, se podría estar buscando capitalizar políticamente en tiempos de incertidumbre.

En última instancia, la verdadera solución a la creciente violencia en Chile podría requerir un enfoque más integral y menos centrado en la presencia policial. Abordar los problemas sociales y económicos subyacentes, así como garantizar un uso transparente y eficaz de los recursos, podrían ser pasos cruciales hacia una estrategia de seguridad más efectiva y sostenible.

¿Es posible que el Presidente de Chile Boric con tendencia izquierdista y progresista pueda enfrentar esta problemática sin buscar una estrategia electoral? o ¿realmente velará por el bienestar de su pueblo y su Nación? Lo dejo a opinión del lector.


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