En un hecho que ha generado una considerable controversia y discusión dentro de la comunidad de Buffalo y más allá, la histórica Iglesia de Santa Ana en Buffalo, Nueva York, ha sido vendida a la comunidad islámica local por $250,000. Esta venta nos lleva a la reflexión sobre la preservación del patrimonio religioso, así como del fenómeno de inmigración musulmana a Norteamérica.
La Iglesia de Santa Ana, ubicada en el vecindario de Broadway-Fillmore en Buffalo, Nueva York, tiene una rica historia que se remonta a finales del siglo XIX. Fue fundada en 1886 por inmigrantes alemanes que llegaron a Buffalo en busca de mejores oportunidades y un lugar donde practicar su fe católica. Estos inmigrantes establecieron la parroquia para servir a la creciente comunidad católica en el área.
La construcción de la iglesia fue un proyecto ambicioso. El diseño del edificio refleja la arquitectura neogótica, una elección estilística común para las iglesias católicas de la época, caracterizada por sus arcos puntiagudos, vitrales coloridos y torres imponentes. El interior de la iglesia también fue ricamente decorado, con un altar elaborado y una serie de detalles artísticos que destacaban la devoción y el compromiso de la comunidad con su fe.
Durante décadas, la Iglesia de Santa Ana fue un centro vital de la vida religiosa y social para la comunidad de inmigrantes alemanes en Buffalo. La parroquia ofrecía no solo servicios religiosos, sino también actividades comunitarias, educativas y sociales. Las escuelas parroquiales, los grupos juveniles y las sociedades benéficas eran parte integral de la vida en la Iglesia de Santa Ana.
En una transacción que ha llamado la atención de muchos, la Diócesis de Buffalo vendió la Iglesia de Santa Ana a Buffalo Crescent Holdings, una organización afiliada al Downtown Islamic Center, por $250,000. La comunidad islámica planea convertir la iglesia en una mezquita, marcando un cambio significativo en el uso del edificio.
La venta de propiedades de la iglesia no es un fenómeno nuevo en Buffalo. La Diócesis de Buffalo se declaró en bancarrota en 2020. Como parte de su proceso de bancarrota, la diócesis ha estado vendiendo propiedades para recaudar fondos. La venta de la Iglesia de Santa Ana se enmarca en este contexto.
Es preocupante que la diócesis no mostró interés suficiente en mantener el uso del edificio para fines sagrados católicos, a pesar de las ofertas presentadas por organizaciones locales para preservar el espacio como un santuario o capilla. Además, se ha señalado que la diócesis no cumplió con las normativas del derecho canónico, que requieren agotar todas las opciones de financiación antes de vender una iglesia a una entidad no católica.
El derecho canónico aborda la venta de iglesias a entidades no católicas en el Canon 1222 del Código de Derecho Canónico de 1983. Este canon establece las condiciones bajo las cuales una iglesia puede ser relegada a un uso profano (no sagrado), lo cual es un requisito previo para su venta a una entidad no católica. El texto del canon se divide en dos secciones principales:
Canon 1222 §1: Estipula que un obispo diocesano puede relegar una iglesia a un uso profano si la iglesia «no puede ser utilizada de ninguna manera para el culto divino y no existe la posibilidad de repararla». Esta es una condición extrema en la que la iglesia ya no es apta para su uso sagrado debido a daños u otras circunstancias irremediables.
Canon 1222 §2: Permite la relegación de una iglesia a un uso profano por otras razones graves, siempre que se obtenga el consentimiento de aquellos que legítimamente reclaman derechos sobre la iglesia, y se asegure que el bienestar espiritual de los fieles no sufrirá por ello. Además, es obligatorio demostrar que no hay otros recursos financieros disponibles para mantener la iglesia como un espacio sagrado antes de considerar la venta a una entidad no católica.
Este proceso también requiere que todas las opciones de financiamiento sean exploradas y descartadas antes de proceder con la venta de la iglesia para un uso no católico. Si se decide vender, el comprador preferido debería ser uno que permita que el espacio siga siendo utilizado para el culto católico, y solo si esto no es posible, la iglesia puede ser vendida para otros usos.
Estos lineamientos aseguran que la decisión de vender una iglesia no se tome a la ligera y que se preserve, en la medida de lo posible, su uso para el culto católico.
La decisión de vender la Iglesia de Santa Ana a la comunidad islámica fue gestionada y aprobada directamente por la Diócesis de Buffalo. El obispo de la diócesis, Michael Fisher, tuvo un papel crucial en la decisión final, ya que, según el derecho canónico, es el obispo quien tiene la autoridad para relegar una iglesia a un uso profano y aprobar su venta.
El Padre Ronald Vierling, un sacerdote católico, publicó en X (anteriormente Twitter) sobre la venta, lo que provocó diversas reacciones.
«Iglesia de Santa Ana, Buffalo, NY. Cerrada permanentemente. Vendida a la comunidad islámica por $250,000, quienes están convirtiendo la histórica iglesia en una mezquita.»
«No se debe dirigir enojo contra la comunidad islámica. El complejo parroquial fue puesto en venta por la diócesis. Sin duda, los cambios demográficos en la zona y la incapacidad de apoyar financieramente el complejo hicieron posible que Santa Ana continuara como una parroquia viable. Este escenario se está repitiendo en antiguas diócesis urbanas grandes en todo el país.»
La conversión de la Iglesia de Santa Ana en Buffalo en una mezquita refleja en parte el crecimiento de la comunidad musulmana en la ciudad y en otras partes de Nueva York. Este crecimiento ha llevado a un incremento en la demanda de instalaciones para el culto islámico, como mezquitas y centros comunitarios.
Nueva York, que alberga una de las comunidades musulmanas más grandes de los Estados Unidos. Se estima que hay aproximadamente 800,000 musulmanes en el estado de Nueva York, de los cuales la mayoría reside en la ciudad de Nueva York.
La comunidad musulmana en Nueva York es diversa, con personas provenientes de países como Bangladesh, Pakistán, Yemen, Egipto, entre otros. Esto se refleja en la existencia de más de 275 mezquitas en la ciudad de Nueva York, que sirven a las necesidades religiosas y comunitarias de los musulmanes.
En Buffalo, aunque la comunidad musulmana es más pequeña en comparación con la ciudad de Nueva York, ha estado creciendo debido a la llegada de refugiados y la migración interna
Hasta la fecha, el Vaticano no ha hecho declaraciones específicas sobre la venta de la Iglesia de Santa Ana en Buffalo, Nueva York, ni ha comentado públicamente sobre la venta de iglesias católicas para usos no católicos en general. Sin embargo, el Vaticano suele ser cauteloso con respecto a la venta de propiedades eclesiásticas, y en casos anteriores ha reiterado la importancia de seguir las directrices establecidas por el derecho canónico para proteger la santidad de estos espacios.
Joana Campos es abogada y editora con más de 10 años de experiencia en la gestión de proyectos de desarrollo internacional, enfocada en la sostenibilidad y el impacto social positivo. Actualmente dirige JC Editorial, donde ha coordinado la edición y distribución de libros de reconocidos autores internacionales y la logística de numerosas giras nacionales. Además, se desempeña como Administradora General en Medicina Integradora, gestionando la clínica y generando proyectos en diversas áreas. Anteriormente, trabajó como abogada corporativa, especializándose en derecho penal y corporativo. Joana es licenciada en Derecho por la Universidad de Guadalajara.
Joana Campos is a lawyer and editor with over 10 years of experience in managing international development projects, focusing on sustainability and positive social impact. She currently leads JC Editorial, where she has coordinated the editing and distribution of books by renowned international authors and managed the logistics of numerous national tours. Additionally, she serves as the General Administrator at Medicina Integradora, overseeing the clinic and generating projects in various areas. Previously, she worked as a corporate lawyer, specializing in criminal and corporate law. Joana holds a law degree from the University of Guadalajara.