Oct. 13, 2024 8:21 pm

No hace mucho que asistía virtualmente a una ponencia de los historiadores españoles Gonzalo Rodríguez y Daniel Gómez Aragonés acerca del cine ochentero, concretamente, del héroe en el cine de acción de los 80 y los 90 (1) del siglo pasado.

Y es que no en vano, estamos hablando de décadas que fueron prodigiosas en cuanto a creatividad artística, lo cual fue especialmente visible en mundos como el cine y la música.

No obstante, si bien la ponencia es tan completa como enriquecedora, se me vino a la mente la serie “Cobra Kai”, cuya primera emisión fue en 2018 y cuyo final muchos estamos esperando tanto con ansia como con tristeza, pues nos ha replantearnos las películas de “Karate Kid” retrotrayéndonos al entrañable entusiasmo de nuestras infancia y adolescencia.

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Y es que ver a William Zabka como Johnny Lawrence y a Ralph Macchio como Daniel Larusso es viajar en el tiempo y para bien. Con todo, si hay un personaje que me atrapa es el de Martin Kove interpretando a Johnny Lawrence. ¡Hay que tener talento para hacer de malo de esa manera tan formidable!

Curiosamente, Martin Kove y Sylvester Stallone trabajaron juntos en la película “Rambo.” Y tanto en “Rambo” como en “Karate Kid” y “Cobra Kai”, Kove encarna al soldado estadounidense que lo dio todo en Vietnam, pasando todo tipo de dificultades y penurias, encontrándose con el rechazo de los hippies y los progres de la época, los mismos que señalaban a los soldados como asesinos.

No dejan de ser figuras muy reales de la sociedad norteamericana: Aquellos que sirvieron a su país y encima fueron defenestrados por todo un aparato propagandístico que hasta hoy perdura.

Los derivados de la ideología que ha propiciado esta tremenda injusticia, hoy en el “wokismo”, son aquellos que quieren destruir a la civilización occidental y todo lo heroico y libre que representa, que de alguna manera o de otra también tenía su eco en el cine.

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Desde “Karate Kid” a “Cobra Kai”, a través de las artes marciales se nos transmite disciplina, sacrificio, trabajo, agradecimiento, lealtad, espíritu de superación, espíritu aventurero y mentalidad ganadora, entre otros temas que hoy parecen proscritos y que, sin embargo, son un gancho para captar una amplia gama de público que ya va peinando canas.

No sé si habrá sido el propósito de John Hurwitz, pero desde luego, parece que hay dos mundos diferentes entre aquellos que fueron jóvenes entre los 80 y los 90 y estas nuevas generaciones “educadas” en la “deconstrucción” y en todos los derivados progres encumbrados desde aquel magnificado Mayo del 68, con la consiguiente secuela de Woodstock.

Y es que el “wokismo” sólo aplica para Occidente. No para el mundo islámico ni para otros mundos que están alrededor. Y se nota en el cine y en muchas otras facetas de nuestra vida cotidiana.

Sylvester Stallone, por lo pronto, ha dejado claro que no va a incluir el “wokismo” en sus trabajos. Y bien que hace empezando por el punto de vista profesional; porque como decimos, si algo gusta de “Cobra Kai” y de series anteriores es que hay que saber defenderse y trabajar duro, por más que esta pesadilla progre pretenda callarnos hasta el alma.

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Como decía, no sé si habrá sido el propósito de Hurwtiz, pero sí sé por qué me gusta “Cobra Kai”. Y también sé que los valores que de ahí se desprenden son los que nos volverán a hacer grandes.

 

(1)Enlace:

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