Oct. 12, 2024 10:00 am

El deporte es un lugar donde tradicionalmente se han difundido valores como la disciplina, la constancia y la perseverancia. Pero, luego de los Juegos Olímpicos de París, también se expuso cómo puede servir como espacio de adoctrinamiento ideológica y propaganda abiertamente anticristiana. Sin embargo, en contraposición a la degradación moral de otras naciones, el mundo hispano está motivando al mundo a vivir la Fe. Primero en la Copa América que inició con una oración y luego en la EuroCopa con la devoción del entrenador de la selección de fútbol de España. Asegura que Dios también está en el fútbol.

«Creo que Dios está en todos los sitios, también en el mundo del fútbol», fueron las palabras textuales del entrenador Luis de la Fuente.

Si bien fue reconocido a nivel mundial por sus declaraciones durante el campeonato europeo, todavía da de qué hablar. Recientemente en entrevista con el portal digital de confesión cristiana, Alfa y Omega, reafirmó su compromiso de vivir la Fe públicamente.

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«Claro. No tienes más que vivir con la misma normalidad que manifiestan los que piensan y mantienen la postura contraria. Es decir, parece que la sociedad tiene normalizada la increencia y que tener una postura distinta no es normal. Pues sí lo es. Yo he elegido otra postura y cuando corresponde o se me pregunta, simplemente reconozco mis valores, mis principios y mis creencias, que representan un aspecto muy importante de mi vida y de mi comportamiento diario. Hay que quitar la etiqueta de extraordinario a algo que no lo es. Para mí es ordinario creer en Dios y también respetar al que decide pensar de otra manera», dijo el entrenador.

Respecto a la pregunta si el mundo del fútbol también puede ser un lugar de encuentro con Dios contestó: «Yo creo que Dios está en todos los sitios, también en el mundo del fútbol, así que cualquier lugar es bueno para tener una relación con Él».

Asegura que el Señor lee da paz, me da seguridad, calma, tranquilidad y confianza. Desde allí lo traslada a cualquier relación social que tiene en su vida, también en su ocupación profesional. Ya que Dios lee da una gran seguridad a la hora de acometer cualquier proyecto, ya sea de carácter personal, social o laboral.

Detalla que la fuente de su convicción es su familia, a la que denomina religiosa. Aunque resalta que en lo personal lo asumió como proceso de reflexión. Además exalta que es una cuestión de libertad haber decidido seguir este camino. Optó por creer en Dios y ser católico.

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Frente al miedo que pueden sufrir mucho por vivir la Fe de forma pública, el entrenador explica que su experiencia ha sido lo opuesto. Pues lo aborda desde la libertad e insiste que es con personas que respetan dicha libertad que él se rodea, los demás no le interesan.

Respecto al ejercicio de la Fe dentro de la roja (selección de fútbol de España) detalla que es cuestión de vivirla con normalidad de manera que incluso calza en el concepto de diversidad contemporáneo. «Poco a poco esa gente será capaz de vivir con naturalidad su fe», asegura.

Cuenta que recibió invitaciones y palabras de aliento de los arzobispos de Sevilla y Madrid, sobre todo al verlo rezar ante el Cristo de la Expiración (el Cachorro). No obstante, relata que en vista de sus ocupaciones no le ha sido posible aceptar las invitaciones.

Luego continuó hablando sobre la enseñanza de valores, como el trabajo. En una era de relativismo moral, como el que señalaba Benedicto XVI, Luis de la Fuente lo contrasta con principios claros y valentía. Como figura paterna que es San José, patrono de los trabajadores, el entrenador de la Roja ha sabido ser ejemplo para su equipo.

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Pero sobre todo se ha mostrado un ejemplo para el mundo de lo que significa ser hispano. «España, evangelizadora de la mitad del orbe; España martillo de herejes, luz de Trento, espada de Roma, cuna de San Ignacio…; ésa es nuestra grandeza y nuestra unidad; no tenemos otra», dijo el historiador Marcelino Menéndez Pelayo.

No obstante, en el mismo verso anuncia el peligro de abandonar esa convicción: «El día en que acabe de perderse, España volverá al cantonalismo de los arévacos y de los vetones o de los reyes de taifas. A este término vamos caminando más o menos apresuradamente, y ciego será quien no lo vea».

Si bien resalta los peligros de la era actual, recuerda la grandeza de lo que fue alguna vez el reino español. Y el entrenador de la selección española deja en claro que ese espíritu sigue vivo. De la mano del ejemplo, muestra los grandes resultados que da: campeón continental.

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