Oct. 13, 2024 7:55 pm

La izquierda ha lanzado una nueva moda en su discurso: exigir a España que pida perdón por la colonización de América. Esta tendencia, alimentada por la narrativa de la Leyenda Negra, es promovida por los mismos socialistas en España y sus aliados en América Latina.

Sin embargo, este enfoque distorsionado sobre el pasado histórico ignora las contribuciones positivas de la colonización y busca culpabilizar injustamente a España, mientras oculta las verdaderas intenciones detrás de este revisionismo histórico.

La Leyenda Negra: Un Instrumento de la Izquierda

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La Leyenda Negra, concepto que describe una visión sesgada y negativa del pasado colonial de España, ha sido usada como arma política desde el siglo XVI.

Hoy en día, esta narrativa es revitalizada por la izquierda global con el objetivo de manchar la historia de España y promover una agenda anticolonialista que, en realidad, tiene mucho más que ver con sus intereses políticos que con una revisión justa de la historia.

En los últimos años, la presión por parte de “líderes” políticos como Andrés Manuel López Obrador ha crecido, pidiendo repetidamente que España se disculpe por la conquista. En 2019, López Obrador incluso envió una carta formal al rey de España solicitando esta disculpa, una acción que fue rápidamente rechazada por el gobierno español.

Marzo del 2019:

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Esta insistencia en revivir las heridas del pasado, mientras se omiten los aspectos positivos de la colonización, es parte de un discurso polarizante que busca debilitar la identidad nacional española.

Sheinbaum y su Coqueteo con la Agenda Progre

Con la llegada de Claudia Sheinbaum a la presidencia de México, este tipo de demandas antiespañolas solo parece intensificarse. Alineada con el movimiento de izquierda latinoamericana, Sheinbaum ha seguido la misma retórica de su predecesor, e incluso ha dado un paso más al invitar a figuras polémicas de la izquierda española, como Irene Montero, a su toma de posesión.

Montero, miembro del gobierno del PSOE y promotora de polémicas leyes relacionadas con la educación sexual infantil, representa todo lo que la nueva izquierda progre defiende: una agenda disruptiva de valores tradicionales, basada en la deconstrucción de la historia y la moral.

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La invitación de Montero no fue una simple formalidad diplomática, sino una clara señal de la sintonía entre las izquierdas de ambos países. Lo más irónico es que, mientras Sheinbaum exige disculpas por la colonización, no tiene reparo en asociarse con personas que deberían, en su lugar, pedir perdón por su apoyo a ideologías que muchos consideran dañinas para la infancia y la moral de las sociedades.

La Hipocresía Progresista: Un Mundo al Revés

Lo que resulta más preocupante es la evidente hipocresía de la izquierda en estos temas. Por un lado, critican y exigen que España se disculpe por la colonización, mientras ignoran o minimizan los abusos cometidos por figuras actuales de su propio espectro ideológico.

La figura de Irene Montero ha sido especialmente polémica por su promoción de leyes que podrían estar indirectamente relacionadas con la promoción de conductas perjudiciales para los menores, y sí, me refiero a la pedofilia.

En lugar de exigir una disculpa por hechos ocurridos hace más de 500 años, lo lógico sería que Sheinbaum solicitara a Montero que pida perdón por el daño que sus políticas están causando en el presente.

Pero claro, en el mundo progresista, las prioridades parecen estar al revés. Los discursos sobre la historia son manipulados para ajustarse a una narrativa en la que los occidentales, en especial España, deben ser permanentemente culpables de los males del mundo, mientras los verdaderos problemas contemporáneos son ignorados o relativizados.

La Realidad Histórica: Una Visión Completa del Pasado

El revisionismo histórico promovido por la izquierda ignora el hecho de que la colonización española también trajo avances tecnológicos, culturales y económicos a América. La creación de universidades, la religión, la construcción de ciudades y la introducción de sistemas legales y de gobierno más avanzados son solo algunos de los ejemplos de los legados positivos que la colonización dejó en el continente.

España, a diferencia de otros imperios coloniales, mantuvo un enfoque más integrador en su relación con los pueblos indígenas. Es injusto ignorar el impacto positivo que tuvo en la formación de las naciones latinoamericanas modernas. Sin embargo, para los ideólogos de la Leyenda Negra, estos aspectos deben ser ignorados para seguir impulsando su agenda de victimización y división.

El énfasis en la necesidad de que España pida perdón por la colonización parece ser, en muchos casos, una táctica para desviar la atención de los problemas actuales. En lugar de abordar cuestiones urgentes como la corrupción, la violencia o la pobreza en sus propios países, líderes como Sheinbaum prefieren seguir avivando las llamas de conflictos históricos para obtener rédito político. Esto no solo divide a las sociedades, sino que también retrasa el progreso real.

La Leyenda Negra es solo una excusa más en el arsenal de la izquierda global para desmantelar valores tradicionales y promover una agenda que, en muchos casos, va en contra de los intereses reales de sus propios pueblos.

Es momento de poner fin a esta farsa histórica y comenzar a construir un futuro basado en la verdad, la justicia y el respeto por la historia en toda su complejidad.

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