Sep. 10, 2024 8:33 pm

El jueves, el gobierno alemán comunicó un endurecimiento en las regulaciones sobre el porte de armas blancas y las prestaciones para ciertos solicitantes de asilo, en respuesta al mortal ataque con cuchillo ocurrido el viernes pasado en Solingen.

La ministra del Interior, Nancy Faeser, detalló que la prohibición del porte de armas blancas será particularmente estricta durante festivales, ferias, y en medios de transporte de larga distancia, como trenes y autobuses.

El canciller alemán, Olaf Scholz, se comprometió el 26 de agosto a intensificar las deportaciones durante su visita a Solingen, escenario de un brutal y mortal apuñalamiento, vinculado al autoproclamado Estado Islámico. Un evento violento que ha fortalecido a la oposición de derecha y avivado las críticas sobre el proceso migratorio del gobierno.

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El fiscal general del país afirmó que el presunto atacante, un solicitante de asilo sirio de 26 años que se entregó a las autoridades, es sospechoso de pertenecer a un grupo yihadista.

«Debemos hacer todo lo posible para garantizar que aquellos que no pueden o no tienen permitido quedarse en Alemania sean repatriados y deportados,» declaró Scholz a los periodistas en la ciudad occidental, donde colocó una flor en el lugar del crimen.

«Siento ira, y mi ira está dirigida contra los islamistas. Deben saber que no cesaremos en su persecución,» advirtió Scholz en una comparecencia junto al primer ministro de Renania del Norte-Westfalia, Hendrik Wüst, y el alcalde de Solingen, Tim Kurzbach.

El ataque, que dejó tres muertos y ocho heridos, algunos de gravedad, reavivó el debate sobre las políticas de asilo y deportación en Alemania, justo antes de las tres elecciones estatales programadas para el próximo septiembre.

El grupo extremista se atribuyó la responsabilidad del acto violento, que tuvo lugar la noche del viernes 23 de agosto, durante las celebraciones del 650 aniversario de Solingen.

El partido de derecha Alternativa para Alemania (AfD), aboga por una política más estricta contra la migración. Scholz no pierde oportunidad de referirse a los derechistas anti-globalistas de la AfD como «nazis» siempre que puede y ahora que la AfD ha logrado resultados electorales históricos en las elecciones del domingo en el este de Alemania, Scholz se ve obligado a jugar de nuevo la «carta del extremismo» contra los vencedores.

Scholz está exigiendo que los partidos «tradicionales» (es decir, globalistas) eviten colaborar con los «extremistas de derecha» de Alternativa para Alemania. Como era de esperarse, la AfD insiste en ser incluida en las conversaciones para formar una coalición estatal después de haber asegurado el 32,8 % de los votos en las elecciones del domingo en Turingia.

Merz de Infratest dimap también sugirió que la CDU,Unión Demócrata Cristiana (CDU), con tendencia conservadora de centro-derecha, podría beneficiarse del impacto del ataque en detrimento de los socialdemócratas de centro-izquierda liderados por Scholz.  

Scholz afirmó que en Alemania ya se ha registrado un aumento del 30% en las deportaciones este año, pero que su gobierno estudiará «muy detenidamente cómo podemos contribuir a incrementar aún más estas cifras».

Según el líder político , las medidas, incluyendo los controles en las fronteras orientales del país, han reducido el número de migrantes que llegan de manera «irregular», aunque reconoció que todavía hay margen de mejora en ese aspecto.

Tras un ataque con cuchillo perpetrado por un migrante afgano en Mannheim a finales de mayo pasado, que resultó en la muerte de un policía y cuatro personas heridas, Scholz prometió que Alemania reanudaría las deportaciones de «criminales» a Afganistán y Siria.

Actualmente, la nación no lleva a cabo deportaciones a Afganistán ni a Siria. El gobierno alemán no mantiene relaciones diplomáticas con los talibanes en Kabul y considera que la situación de seguridad en Siria es demasiado inestable para permitir deportaciones.

Sin embargo, en junio, Scholz declaró que su gobierno estaba buscando soluciones para deportar a afganos condenados a países vecinos de Afganistán, y que se ha discutido la posibilidad de permitir deportaciones a Siria.

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