Hemos estado siguiendo el movimiento de múltiples naciones europeas que intentan cambiar sus políticas inmigratorias paralizantes y dementes de hace décadas de diversas maneras, siempre criticando a la Unión Europea (UE) por abogar por una inmigración masiva sin control, que está destrozando su tejido social.
Ahora, bajo una presión insoportable, la Comisión Europea ha decidido FINALMENTE proponer un endurecimiento de la postura de la UE sobre la inmigración, ya que la llegada de inmigrantes ilegales se ha convertido en un importante problema político y de seguridad en todo el continente.
La comisaria reelegida, Ursula von der Leyen, escribió a los líderes de la UE para convocar una reunión y discutir qué hacer con la inmigración y cómo resolver los problemas asociados, presentando 10 temas para ayudar a los 27 países miembros a lidiar con los flujos inmigratorios y las crisis autoinfligidas.
Reuters reportó:
“En el próximo mandato, la Comisión seguirá velando por que nos mantengamos firmes y justos en materia inmigratoria, abordando lo que todos reconocemos como un desafío europeo”, escribió Von der Leyen. Es probable que el nuevo mandato de la Comisión comience el 1 de diciembre.
El año pasado, la llegada de inmigrantes ilegales a Europa fue de un tercio de un millón de personas más que durante el pico de la crisis inmigratoria de 2015. La reunión llega tarde, cuando el daño ya está hecho.
La inmigración es el tema más importante en las elecciones de la mayoría de los países europeos y está alimentando el sentimiento de los votantes de derecha sobre la necesidad de defender sus naciones.
Incluso Alemania, con un gobierno que se ha mostrado a favor de la llegada de inmigrantes en los últimos años, ha introducido controles fronterizos, suspendiendo la libertad de movimiento en la zona Schengen sin pasaporte.
Francia, Dinamarca, Suecia, Austria, Italia y Eslovenia también han reintroducido controles fronterizos.
Polonia suspenderá temporalmente los derechos de asilo de los inmigrantes, mientras que Finlandia ya suspendió dichos derechos en julio.
“La UE acordó en mayo un nuevo conjunto de reglas y procesos para manejar la inmigración, llamado Pacto Inmigratorio, pero su implementación completa no está prevista hasta mediados de 2026, lo que deja al bloque europeo en un período de transición complicado”.
En su carta a los líderes europeos, Von der Leyen propuso acelerar la implementación del pacto, para ayudar a los gobiernos a gestionar mejor sus sistemas de registro y recepción.
Von der Leyen también propone acuerdos con los países de origen de los migrantes, similares a los acuerdos de la UE con Turquía, Túnez o Libia, pagándoles para frenar los cruces ilegales y el tráfico de personas.
Von der Leyen mencionó a Egipto, Marruecos, Argelia, Mauritania, Senegal y Malí como posibles países con los que la UE debería trabajar para controlar la inmigración.
En un cambio de política respecto de años anteriores, propuso que los inmigrantes que no tienen derecho a permanecer en la UE sean enviados a ‘centros de retorno’ en países fuera de la UE, con los que el bloque llegará a acuerdos.
“Deberíamos explorar posibles formas de avanzar en lo que respecta a la idea de desarrollar centros de retorno fuera de la UE, especialmente en vista de una nueva propuesta legislativa sobre retornos”, escribió en la carta.
Como era de esperar, mencionó como modelo el acuerdo exitoso entre Italia y Albania, que envía hasta 36.000 inmigrantes irregulares al año a Albania, donde esperan ser deportados.
La nueva UE garantizará que los inmigrantes expulsados de un país no se trasladen simplemente a otro para evitar la deportación. Las normas también serán más estrictas para las personas que representen un riesgo para la seguridad.