Bolivia y México están reformando sus sistemas judiciales para elegir jueces por voto popular. En Bolivia, esta medida buscaba reducir la influencia política, pero terminó aumentando la politización y corrupción, ya que los jueces son controlados por el partido en poder. En México, la reforma propone algo similar, pero se teme que, al igual que en Bolivia, el sistema judicial pierda independencia y se vea influenciado por intereses políticos. Mientras en Bolivia los ciudadanos desconfían del proceso y votan en blanco, México podría enfrentar los mismos problemas si no se garantiza un proceso realmente imparcial y transparente.