En una declaración explosiva, Zambada niega haberse entregado voluntariamente y afirma que fue secuestrado, llevado por la fuerza al país vecino. Según Zambada, todo comenzó cuando Joaquín Guzmán López lo invitó a una reunión para mediar entre el gobernador de Sinaloa y un excongresista. Sin embargo, lo que parecía una reunión pacífica se convirtió en una emboscada.