La reciente postura de México en la Asamblea General de las Naciones Unidas, condenando el embargo de EE. UU. sobre Cuba, ha reavivado el debate sobre sus relaciones con Estados Unidos y su apoyo a regímenes autoritarios.
La Asamblea votó abrumadoramente en contra del embargo estadounidense a Cuba. Después de la votación en Nueva York, en un discurso de oposición, el diplomático estadounidense Paul Folmsbee instó a la ONU a pedir al gobierno cubano que «respete sus obligaciones en materia de derechos humanos y democracia».
“Gracias, Sr. Presidente, y gracias a los miembros de la Asamblea General. Estados Unidos está con el pueblo cubano. Apoyamos firmemente su búsqueda de un futuro con respeto a los derechos humanos y libertades fundamentales.
Aproximadamente 1,000 prisioneros políticos injustamente detenidos siguen tras las rejas en Cuba, más que en cualquier otro momento de la historia reciente de la isla. Casi 700 de esas detenciones están relacionadas con las históricas protestas del 11 de julio de 2021. Estas personas han languidecido en condiciones horribles en las cárceles cubanas por ejercer su libertad de expresión y de reunión pacífica para exigir mejores condiciones de vida a su gobierno.
A pesar de la membresía de Cuba en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, el gobierno cubano ha demorado en responder a varias solicitudes de procedimientos especiales que mandatan a los titulares del Consejo de Derechos Humanos de la ONU enviar expertos independientes a Cuba, quienes ayudarían a promover el respeto por los derechos humanos, incluyendo la libertad de expresión, libertad de religión o creencias, y la libertad de reunión pacífica. Algunas de estas solicitudes han permanecido pendientes durante más de 10 años.
Las sanciones son un elemento de nuestro esfuerzo más amplio para avanzar en la democracia y promover el respeto por los derechos humanos y las libertades fundamentales en Cuba. Por lo tanto, nos oponemos a esta resolución. Dicho esto, reconocemos los desafíos que enfrenta el pueblo cubano. Es por eso que las sanciones estadounidenses incluyen exenciones y autorizaciones relacionadas con la exportación de alimentos, medicamentos y otros bienes básicos a Cuba.
Estados Unidos sigue siendo una fuente significativa de bienes básicos para el pueblo cubano. En 2023, Estados Unidos exportó casi 336 millones de dólares en productos agrícolas y autorizó otros 100 millones en exportaciones humanitarias, demostrando el deseo de América de ayudar al pueblo cubano.
Instamos a este organismo a exhortar al gobierno cubano a cumplir con sus obligaciones en materia de derechos humanos y a escuchar al pueblo cubano y sus aspiraciones para determinar su propio futuro. Gracias.”
El embajador mexicano Héctor Vasconcelos y la exalcaldesa de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, afirman estar en solidaridad con Cuba, pero desestiman las violaciones a los derechos humanos, lo que plantea interrogantes sobre las motivaciones detrás de este apoyo dentro del contexto más amplio de la política exterior mexicana.
El embargo de EE. UU. sobre Cuba, vigente por más de seis décadas, ha enfrentado críticas internacionales generalizadas.
No obstante, el apoyo de EE. UU. al pueblo cubano es inquebrantable, razón por la cual el embargo incluye exenciones y autorizaciones relacionadas con la exportación de alimentos, medicamentos y otros bienes humanitarios a Cuba.
El pueblo de Estados Unidos y las organizaciones estadounidenses donan una cantidad significativa de bienes humanitarios al pueblo cubano, y Estados Unidos es uno de los principales socios comerciales de Cuba.
Desde 1992, Estados Unidos ha autorizado miles de millones de dólares en exportaciones a Cuba, incluidos alimentos y otros productos agrícolas, medicamentos, dispositivos médicos, equipos de telecomunicaciones, bienes de consumo y otros artículos para apoyar al pueblo cubano.
Solo en 2021, las empresas estadounidenses exportaron más de 295 millones de dólares en productos agrícolas a Cuba, incluidos alimentos, para ayudar a satisfacer las necesidades básicas del pueblo cubano.
La Asociación Nacional de Departamentos de Agricultura de los Estados ha liderado una misión comercial este pasado febrero a la isla, al sur de los Cayos de Florida, para identificar y abordar las barreras comerciales para los productos agrícolas estadounidenses.
Estar tan cerca de EE. UU. es una razón por la cual un gran número de actores en la agricultura estadounidense tiene su mirada en las oportunidades comerciales allí.
Desde el año 2000, EE. UU. ha permitido exportaciones de ciertos productos agrícolas y dispositivos médicos a Cuba. En 2022, EE. UU. exportó bienes por valor de 372 millones de dólares a Cuba e importó bienes por valor de 6 millones de dólares.
Durante 30 años, la Unión Soviética fue el principal apoyo de la dictadura comunista de Cuba, inyectando más de 29 mil millones de dólares en dinero, armas, alimentos, petróleo y tecnología, una deuda que Rusia finalmente condonó. En los años 90, la Venezuela de Hugo Chávez se convirtió en el nuevo salvavidas de Cuba, contribuyendo con 35 mil millones de dólares en petróleo solo durante 15 años.
Con Venezuela en ruinas, México, el principal socio comercial de EE. UU., se ha convertido en el nuevo salvavidas de Cuba, enviando alimentos, petróleo y cualquier otra cosa que pueda para apoyar la dictadura más longeva de las Américas. Sin embargo, nada es suficiente. Nada puede rescatar la fallida economía comunista de Cuba.
La postura de México, articulada por Vasconcelos, fue firme, calificando el embargo de «injustificable e inhumano» y afirmando que viola el derecho internacional. México argumenta que ninguna nación debería enfrentar sanciones unilaterales, ya que tales medidas van en contra de las relaciones pacíficas entre los países de América Latina.
La participación de Claudia Sheinbaum en este asunto también ha suscitado críticas dentro de México. La exalcaldesa es vista por muchos como la heredera política de las políticas de izquierda del presidente López Obrador, lo que plantea interrogantes sobre si este apoyo a Cuba refleja una verdadera solidaridad o si, de hecho, es una estrategia para ganar favor con sectores de izquierda en toda América Latina.
Mientras tanto, el gobierno cubano ha expresado abiertamente su gratitud por el apoyo de México. El presidente cubano Miguel Díaz-Canel describió el respaldo mexicano como un acto de “solidaridad y resistencia” contra lo que él llamó el “bloqueo genocida” de EE. UU. Este tipo de respaldo público refuerza la narrativa del gobierno cubano, que a menudo atribuye las dificultades económicas de la isla únicamente al embargo, desviando la atención de sus propias deficiencias internas.
A pesar de esta narrativa, voces dentro de la sociedad cubana critican la negativa del régimen a implementar reformas que podrían mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, perpetuando en su lugar un modelo económico obsoleto que deja a millones en la pobreza.
La postura de México puede verse como un “intento” de consolidar su papel como mediador en América Latina, aunque esto tenga un costo al respaldar un sistema comunista que ignora los derechos humanos fundamentales y las libertades.
Este episodio invita a una reflexión crítica: ¿Está México apoyando a Cuba por solidaridad o debido a intereses geopolíticos? Decisiones como estas no solo influyen en la política interna de una nación, sino que también moldean su posición en el escenario global. ¿Debería México continuar apoyando a regímenes como el de Díaz-Canel, incluso si corre el riesgo de ser percibido como aliado de gobiernos represivos?
Joana Campos es abogada y editora con más de 10 años de experiencia en la gestión de proyectos de desarrollo internacional, enfocada en la sostenibilidad y el impacto social positivo. Actualmente dirige JC Editorial, donde ha coordinado la edición y distribución de libros de reconocidos autores internacionales y la logística de numerosas giras nacionales. Anteriormente, trabajó como abogada corporativa, especializándose en derecho penal y corporativo. Joana es licenciada en Derecho por la Universidad de Guadalajara.
Joana Campos is a lawyer and editor with over 10 years of experience in managing international development projects, focusing on sustainability and positive social impact. She currently leads JC Editorial, where she has coordinated the editing and distribution of books by renowned international authors and managed the logistics of numerous national tours. Previously, she worked as a corporate lawyer, specializing in criminal and corporate law. Joana holds a law degree from the University of Guadalajara.